Hace unos días me puse a dibujar: no es lo mío. Entre cera y cera, y tras unas horas de pruebas, un pequeño caballo tomó el espacio en blanco de mi bloc de bocetos; cuando lo vi pensé en Valek, el caballo de Janosch.
¿Hay alguien que no conozca a Valek? Por si las moscas...
Valek es un caballo al que Janosch dio vida en 1960 (en ese año lo publicó en Alemania Georg Lentz y sólo 3 años después la editorial Lumen la tradujo y publicó en castellano). Historia de Valek, el caballo, es una de esas obras críticas, duras y a la par sensiblonas con la que Janosch no fue capaz de llegar al público en su primera etapa de ilustrador.
El caballo de Janosch es uno más de ese catálogo de personajes tristes y desprotegidos que ablandan la mirada del lector nada más abrir el libro. El autor nos muestra la realidad social de su entorno, una Polonia vapuleada por los nazis, castigada por la represión, en un ambiente empobrecido en el que sin embargo coloca a unos protagonistas que brillan con luz propia: los gitanos. Su nomadismo y resto de costumbres serán retratados en libros tan fantásticos como Historia de Valek, el caballo; Valek y Jarosch o El tio Popoff (que publicó Espasa en los 80).
Valek recibe su nombre del abuelo del narrador, el sr. Valeska, un artillero por accidente que ansiaba tener un caballo blanco. En ocasiones los deseos no se cumplen tan pronto como nos gustaría, y eso es lo que le ocurrió a Wanja Waleska, que tardó demasiado en encontrarse con nuestro caballo triste.
El dulce encuentro dura lo que un caramelo en la puerta de un colegio. El artillero cae y no precisamente en combate, los años no pasan en balde. Lo velaron 17 noches, todos, incluido un zíngaro con especial talento para el violín.
El corcel blanco no tarda en caer prendado de los encantos musicales del gitano, que violín en bolsillo emprende camino de vuelta tras los funerales de el gran Valeska. En ese momento Valek se convierte en la sombra del gitano Jarosch.
Una bella y cruda historia envuelta en una edición fantástica, que ha sabido conjugar la caligrafía del autor con una futura que le va al pelo y una cubierta y contra que hacen que te lata el corazón más y más rápido. Es como si Valek supiese que estás ahí, mirándolo. ¡Es tan, tan tierno! A mí Janosch me pierde.
El final de la historia deja una pregunta en el aire. Valek y Janosch esperan la respuesta del lector. Es vuestro turno.
Más caballos salvajes de Janosch:
¿Hay alguien que no conozca a Valek? Por si las moscas...
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Historia de Valek, el caballo. Madrid: El jinete azul, 2011 |
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Historia de Valek, el caballo. Madrid: El jinete azul, 2011 |
Valek es un caballo al que Janosch dio vida en 1960 (en ese año lo publicó en Alemania Georg Lentz y sólo 3 años después la editorial Lumen la tradujo y publicó en castellano). Historia de Valek, el caballo, es una de esas obras críticas, duras y a la par sensiblonas con la que Janosch no fue capaz de llegar al público en su primera etapa de ilustrador.
El caballo de Janosch es uno más de ese catálogo de personajes tristes y desprotegidos que ablandan la mirada del lector nada más abrir el libro. El autor nos muestra la realidad social de su entorno, una Polonia vapuleada por los nazis, castigada por la represión, en un ambiente empobrecido en el que sin embargo coloca a unos protagonistas que brillan con luz propia: los gitanos. Su nomadismo y resto de costumbres serán retratados en libros tan fantásticos como Historia de Valek, el caballo; Valek y Jarosch o El tio Popoff (que publicó Espasa en los 80).
Valek recibe su nombre del abuelo del narrador, el sr. Valeska, un artillero por accidente que ansiaba tener un caballo blanco. En ocasiones los deseos no se cumplen tan pronto como nos gustaría, y eso es lo que le ocurrió a Wanja Waleska, que tardó demasiado en encontrarse con nuestro caballo triste.
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Historia de Valek, el caballo. Madrid: El jinete azul, 2011 |
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Historia de Valek, el caballo. Madrid: El jinete azul, 2011 |
El dulce encuentro dura lo que un caramelo en la puerta de un colegio. El artillero cae y no precisamente en combate, los años no pasan en balde. Lo velaron 17 noches, todos, incluido un zíngaro con especial talento para el violín.
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Historia de Valek, el caballo. Madrid: El jinete azul, 2011 |
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Historia de Valek, el caballo. Madrid: El jinete azul, 2011 |
El corcel blanco no tarda en caer prendado de los encantos musicales del gitano, que violín en bolsillo emprende camino de vuelta tras los funerales de el gran Valeska. En ese momento Valek se convierte en la sombra del gitano Jarosch.
Una bella y cruda historia envuelta en una edición fantástica, que ha sabido conjugar la caligrafía del autor con una futura que le va al pelo y una cubierta y contra que hacen que te lata el corazón más y más rápido. Es como si Valek supiese que estás ahí, mirándolo. ¡Es tan, tan tierno! A mí Janosch me pierde.
A continuación os dejo la cubierta de la edición de 1963 publicada por Lumen.
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Història de Valek, el cavall. Janosch. Barcelona: Lumen, 1963 |
El final de la historia deja una pregunta en el aire. Valek y Janosch esperan la respuesta del lector. Es vuestro turno.
Más caballos salvajes de Janosch:
- http://www.janosch.de/
- http://www.edicioneseljineteazul.com/web.php?seccion=catalogo&id=17
- http://pequenhaciudad.blogspot.com.es/2011/12/de-postales-y-buzones-xix.html
- http://www.todocoleccion.net/historia-valek-cavall-janosch-ed-lumen-1963-1-edicion-ilustrado-raro~x41283862
***Con arreglo al título del post, me gustaría que supieran que no es un subidón de autoestima, sino una canción del mítico Manolo Kabezabolo. Ahí queda eso.